Hola, la entrada de hoy está dedicada al hombre más importante de mi vida, el que me dejo más lecciones de vida y al cual jamas olvidare, siempre estará conmigo, mi abuelo Gabriel Martínez Martínez.
Él falleció el 25 de Enero del 2009 debido a una hemorragia en el cerebro 10 días antes mientras trabajaba en su granja, yo lo vi por ultima vez el 18 de Enero de ese año, el día que cumplí 20 años, no me importo que fuera mi cumpleaños, tenía que despedirme de mi abuelo, fue abrumante ver que era el único que entendía que mi abuelo no se iba a recuperar, su cerebro ya solo era una masa de sangre y su cuerpo solo era sostenido por maquinas, fue muy duro verlo así después de conocerlo como un hombre fuerte toda mi vida. Ese día me despedí de él y le juré que siempre me esforzaría y sería un hombre de bien, después regrese a mi casa y 7 días después fue desconectado y lo cremaron, sus cenizas ahora descansan en parte en la casa de mi abuela y otra parte en la parcela que tanto trabajo le dio y con la cual alimento a su familia.
A mi abuelo siempre lo recordare como un hombre fuerte y sabio, que a pesar de que ni siquiera termino la primaria siempre sabía que decir y comprendía todo. Él me enseño que uno trabaja por el bienestar de su familia, que se tiene que hacer todo lo posible, incluso separarse de ellos como cuando fue a Estados Unidos por una temporada para mandarles dinero.
Me enseño a esforzarme por lo que quiero, el siempre lucho para tener lo necesario, paso de tener una pequeña parcela que le sirvió para alimentar a 6 hijos, 6 hijas y su esposa a tener una granja con miles de cabezas de ganado, varias parcelas y lo más importante, trabajo para todos sus hijos.
Siempre busco la superación de sus hijos, los mando a estudiar al Distrito Federal, y solo 3 de sus hijas (una de ellas mi madre) se quedaron a vivir, todos los demás regresaron a Michoacan para aplicar sus conocimientos en su comunidad, y gracias a ellos el pueblo donde nacieron tuvo un cambio radical.
Él me enseño a levantarme cuando me caiga, que no debo llorar por unos raspones, que mientras mis manos y piernas funcionen correctamente siempre podre seguir adelante.
Mi abuelo fue un gran hombre, mi héroe, y siempre seguiré su ejemplo, su mayor legado siempre será su familia, tuvo 12 hijos, 40 nietos y alcanzo a conocer 3 bisnietos, siempre amo a su esposa y nunca he tenido conocimiento de una segunda familia como era la costumbre en esa época.
Abuelo, siempre te querré, y me esforzare para que estés orgulloso de mí.
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